El Calufornication no es un festival. La ya reconocible marca “calufo” se ha convertido en la reunión de la cultura hip hop sobre suelo majorero para alegría de sus miembros. Pero nadie debe olvidar que el proyecto, aún no teniendo muchas cosas claras al principio, siempre se basó en la necesidad de fomentar la creatividad de los artistas locales, ofreciéndoles un escaparate anual, más o menos digno, pero centrado en exclusiva en nuestra cultura, nueva y desconocida por la mayoría. Que tampoco se olvide que lo que ahora esperamos cada agosto, antes era un oscuro vacío, feo panorama de pocos locales donde poder hacer directos y escasa organización entre los pocos artistas activos de la isla. “¿Cuándo será el siguiente directo de ese grupo? ¿Y de aquel otro? ¿Podremos juntarlos alguna vez?”
Las anteriores
preguntas las resolvimos todas desde la ilusión y el esfuerzo; creamos
R.I.M.A., la primera “asociación cultural del hip hop de Fuerteventura” – como
dice hoy nuestra pancarta - de inicio como mera plataforma para la correcta
ejecución del evento Calufo, en su
primera edición. Caótico y con el cutre sabor de lo improvisado, sin embargo llevaba
realmente mucho trabajo detrás porque, si uno lo piensa, lo que se había creado
era un evento exclusivo para el rap (y el ragga) a la orilla del mar (¡todavía
no sé cómo pudimos convencer a tantos implicados para que fuera posible?!). El
resultado: una reunión y orgullosa exhibición de las habilidades cultivadas
durante aquellos por mc’s, dj’s, freestylers, escritores y algún bboy. Y no
menos importante, un saco de errores con el que aprendimos importantes
lecciones. Lejos de la rendición, nos hicimos la firme promesa de no dejar
morir la idea. Crecería.
Tres ediciones y
años más tarde, dejamos de cometer los viejos fallos para crecer y cometer
algunos nuevos, siempre con la intención de darle a la isla, y darnos a
nosotros, algo que sólo era un sueño antes de todo el papeleo, las llamadas,
los permisos, los emails, las reuniones, etc.
Hoy, la directiva
de R.I.M.A. es (y seguirá siendo hasta las elecciones de 2013) básicamente el
tridente de soñadores que en aquella habitación se abrazó al “nadie mejor para
hacerlo que nosotros mismos” y se preparó para los palos, lógicos, de tratar de
romper el esquema de algún político cobarde y de mucho desconocedor de lo que
es el hip hop bien entendido. Teníamos y tenemos claro que lo básico para
mantener vivo el hip hop en la maxorata son las personas, y el saber tender
abiertamente con ellas un diálogo, a base de tirar cuando se pueda y aflojar
cuando toque, que ya ha dado mucho más que aquel “cada uno a lo suyo” que
teníamos antes de organizarnos. Y para eso, y con motivo de la especial y hasta
emotiva quinta edición del Calufo,
escribo estas líneas sobre la filosofía del evento y su funcionamiento.
La idea es crecer
pero nunca para alejarnos de la intención original: que los grupos locales
tengan su escenario garantizado. Así, 1) el Calufo
manejará siempre a artistas invitados siempre que el tiempo de escenario esté
garantizado para todos los socios que desean hacer uso de él. Es por este
motivo, haber crecido en número de socios, que se plantea el cambio en la
fórmula (ahora por fín en doble jornada) y en consecuencia de esto, el cambio
de lugar. Nos alejamos de nuestros hornos, de nuestra playa, no sin algo de
tristeza, para poder asumir con garantías el reto de recibir a artistas de otras
islas con comodidad, gozar de iluminación, baños, zona de acampada para
capacitar el aumento del número de asistentes provenientes de otras islas, etc.
Eso nos llevó a compartir la responsabilidad de la organización con el Cabildo
de Fuerteventura, pero siempre tenido en cuenta que 2) R.I.M.A. seguirá
conservando el derecho exclusivo de imponer su criterio en cuanto a contenidos
de dichas jornadas. Coorganizar, que es lo que ahora hacemos, es igual de duro
pero mucho más productivo (por ejemplo, en lugar de buscar empresas que nos
alquilen material, dejamos esa parte en manos de auténticos profesionales
públicos para concentrarnos en lo que está más estrechamente relacionado con el
escenario y lo que haya de mostrarse en él). El acuerdo con el Cabildo majorero
pasa por seguir siendo 3) un encuentro a puertas abiertas de los miembros de
esta cultura, gratuito para asistentes, desplazado donde la seguridad de un
(hipotético) número de asistentes elevado sea una realidad y no un rezo, y
sobre todo, que a los artistas de otras islas que decidan unirse no les suponga
gasto alguno en la medida de lo posible. De lo recién explicado se derivan 4)
Ningún grupo nunca cobrará por subirse a ese escenario que el Calufo quiere
ofrecer anualmente, dando igual lo famosos o grande que sea, o lo ventajoso del
trato que ofrezca y barato que se plantee; la organización te va a dar el mismo
dinero si eres un chico que acaba de decidir que tiene las pelotas necesarias
para subirse a ese escenario o si eres un hombres que varios albums
profesionales a sus espaldas, ya que la intención es 5) ofrecer a los artistas
venidos de fuera, a cambio de un mínimo de 30 minutos de su arte, cama, comida
y el pago del desplazamiento (por diferentes vías) reduciendo al mínimo los
gastos de formar parte del cartel del Calufornication.
Como alguno ya
habrá pensado, no sería bueno dejar de buscar traer a la isla a artistas que
difícilmente vendrán sin inversión económica de por medio, y dado que pensamos
igual, ya trabajamos en la creación de un festival al uso, un proyecto
diferente y diferenciado, que sólo tendrá en común con el Calufo el hecho de que R.I.M.A. será quien tome la mayoría de las
decisiones sobre el cartel y contenidos, dibujado con una filosofía distinta a
la de nuestro calufornication. “Lebrancho Rap” como primo (más que hermano) del
archiconocido “Lebrancho Rock” no es la única opción que tenemos en segundo
plano.
¿Por qué no es el
Calufo un festival? Porque todo este tiempo hemos estado atentos a lo ocurrido
con otras iniciativas y festivales, en Fuerteventura y otras islas, a cómo
trabajan sus organizadores, a lo que pesan lo que deciden determinados
concejales, y se nos ocurre que la manera más sana de mantener un lugar
garantizado para que los pibes y pibas que empiezan mejoren desde un escenario
y plataforma mayor que la discoteca de turno, es declarar el Calufo zona libre de estúpidas
pretenciones. Para explicarlo de una forma muy clara, lo que ocurrirá cada
agosto será poco más o menos lo que para los lectores de comics son las
convenciones donde creadores y seguidores comparten el espacio y establecen
relaciones (comerciales si así lo deciden – no ponemos límite a los artistas en
cuanto a la venta de su material, sean camisetas, maquetas o pegatinas). Ni más
ni menos.
Esto funciona por
tanto de la siguiente manera:
1)
Artistas-grupo se preinscribe, enviando email a rima_ftv@hotmail.com
2)
La organización del Calufo (aquellos que curran en él) escucha lo que opinan los socios
pero decide de entre todos lo preinscritos y según su criterio enviar
tantas invitaciones como camas y comida pueda ofrecer.
3)
Los artistas-grupos con esa invitación firmada
por el concejero de Juventud del Cabildo de Fuerteventura, y con siempre más de
90 días antes del evento como tiempo de maniobra, tienen ya lo necesario para,
con argumentos de peso, que gestionan sus billetes a través de Canarias Crea http://www.gobiernodecanarias.org/cultura/actividades/cancreapag/cancreapag.html
4)
Se compone el cartel y se anuncia la
participación de todos, locales e invitados, sin que los horarios se conozcan
hasta el día del tradicional PreCalufo, fiesta anunciadora previa que involucra
sorteos basados en azar puro como herramienta de composición de parte de esos
horarios de actuación, al mismo tiempo que ofrece completa información sobre
todo lo relativo a las jornadas cerrado hasta ese momento.
5)
Nos reunimos todos en Tefía, Puerto del Rosario,
y comienzan las jornadas.
Quiero terminar
escribiendo que algunas veces, cuando me faltan las fuerzas y pienso que es
absurdo pelear por alguien que no salga en mi espejo, cuando coqueteo con la
idea de que preocuparse por lo común es alimentar la leyenda de los estúpidos
soñadores que pisaron por donde pisamos nosotros ahora, entonces, llega un
chico que empieza, que sabes que está lleno con una versión pura y sin pulir de
la pasión que tú también tienes, y te pregunta si puede formar parte de ese
proyecto que te roba tiempo con la
familia, con tu chica, con colegas que siguen sin entender qué ganas
preocupándote por hacer crecer una cultura que surge a tantos kilómetros y que,
por tanto, debería más irte que venirte. Para los que sí lo entienden hacemos
el Calufo 5. Gracias a todos los que
ponen su esfuerzo y su arte detrás para que esa pasión compartida se escuche y
se vea en la isla del viento. Los esperamos a todos en el albergue con el
suelo, los muros y los micros listos.
Guillermo aka Gilo
[portavoz]